Tarima y suelo laminado para alto tránsito: Lo que debes saber

La tarima y los suelos laminados son dos de las opciones más elegidas a la hora de revestir pavimentos de oficinas y comercios. Se trata de suelos de estética agradable que se presentan en diferentes diseños, texturas y colores y bañan los espacios de confort y calidez. Eso sí, a la hora de elegir el mejor suelo laminado, se deben tener en cuenta distintos factores que determinarán la resistencia del pavimento. Si quieres conocer en profundidad cómo debe ser la tarima y el suelo laminado para alto tránsito no te quedes sin leer este artículo. Hoy, en el blog de Alravasa, te contamos todo lo que debes saber sobre estos pavimentos. 

Cómo elegir tarimas y suelos laminados para alto tránsito  

Las tarimas y suelos laminados para comercios u oficinas con alto tránsito son algunos de los pavimentos más demandados, sin embargo, no todos valen. Los compañeros de Paviservi nos cuentan las características que deben cumplir estos suelos para un uso intensivo.

Por un lado, en zonas de alto tránsito, hay un alto flujo de personas y esto hace que el suelo se someta a una mayor humedad que procede de vertidos. Es por ello que es necesario contar con suelos que integren sistemas de climatización idóneos

Asimismo, los suelos de zonas muy transitadas se ensucian con mayor frecuencia, de manera que es necesario elegir un pavimento que sea fácil de limpiar y de mantener. Lo ideal es que la tarima o el laminado cuente con una tecnología protectora y materiales impermeables que hagan que la tarea de limpiar sea rápida y fácil. 

Otro de los aspectos fundamentales que se han de tener en cuenta a la hora de elegir una tarima es su grado de dureza y, con ello, su resistencia al desgaste. Y esta dureza se mide con un test de abrasión (prueba Taber) a través del cual una máquina somete al pavimento a un conjunto de frotados con rodillo provisto de lija, hasta que se desgasta la capa superficial decorativa y ya no mantiene su aspecto original. 

El término AC (Criterio de Abrasión) es la escala que mide la resistencia al desgaste de los suelos. Su clasificación es admitida internacionalmente, siguiendo la norma EN 13329. Según la normativa, los suelos se clasifican de esta forma: AC1 (superior a 900 vueltas); AC2 (más de 1.800 vueltas); AC3 (más de 2.500 vueltas); AC4 (más de 4.000 vueltas); AC5 (superior a 6.500 vueltas); AC6 (más de 8.500 vueltas).

Las tarimas y los laminados más vendidos a nivel comercial son los de tipo AC3, AC4, AC5 y AC6, puesto que son los más resistentes. Y las tarimas AC5 son las más recomendadas para estancias de alto tránsito donde el desgaste es mayor. Así, nos aseguraremos de que la vida útil del suelo sea mayor. 

El AC marca la resistencia a la abrasión, pero no indica la calidad del suelo. De esta manera, junto con la dureza de la tarima, otro factor que tenemos que considerar al escoger un suelo para alto tránsito es la clase

Podemos elegir entre distintas clasificaciones de clase. Las clases cuyo primer dígito es el 3 son aquellas pensadas para un uso comercial, se puede elegir entre clase 31 para un uso moderado, clase 32 para un uso medio y clase 33 para un uso intensivo. Por otro lado, las de uso residencial o doméstico empiezan por el dígito 2, teniendo la clase 23, para un uso intenso, la clase 22 para un uso medio y la clase 21 para un uso moderado. 

Como ves, a la hora de escoger una tarima o un laminado para un alto tránsito son distintos los aspectos que se deben tener en cuenta para conseguir el suelo que mejor se adapte a las necesidades de la instalación y lograr un suelo no solamente acogedor, sino también duradero y fácil de mantener. 

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